Creía que cuando creciera lo comprendería mejor
Hoy soy adulto y sigo sin entenderlo
Entiendo a los niños, adolescentes, jóvenes y ancianos
Más no a los que se dicen maduros y adultos
Y actúan en contra de su voluntad, prisioneros del que dirán
Cegados por el poder y la ambición
Nerviosos de perder el control del exterior
Por no tener orden interior
Cegados por intereses mezquinos
Que solo socaban su alma y corazón
Insultantes a la inteligencia y al sentido común
Buscando pleitesía en lugar de una buena amistad
Deseosos de ser reconocidos como buenos
Cuando en ellos no hay nada de bondad
Sintiéndose superiores cuando solo es un instante en la eternidad.
Siguiendo sus instintos de animal
sin pensar que dañan a su familia que los ama de verdad
Mostrando una cara de perfección a la sociedad
mientras por dentro miles de carencias se encontrará.
¡Qué bueno que no entiendo este mundo!
Ni deseo vivir en él
Y aun puedo reconocer mis errores aprendiendo de ellos
Mirar siempre al futuro sin rencor en el pasado
Teniendo sueños e ilusiones
Sonreír sin motivo
Amando cada día
Caminando siempre con humildad
Bendiciendo a todo el que te hace mal
Maravillándome por un segundo por ese paisaje que no volverá atrás.
¡Qué bueno que no entiendo ese mundo tan lleno de intriga y maldad!.
