Un gato en la ciudad

Y llega la noche y el silencio invade cada rincón de la casa, cada rincón del alma, sólo a lo lejos se escuchan unos ligeros pasos, tranquilos y seguros, observa todo a su alrededor nada nuevo todo en orden, los sueños en pleno apogeo y solo un reflejo de una luna en octubre, camina de un lado a otro vigilando que nadie perturbe el sueño de aquellos que por la mañana le darán una sonrisa, los cristales se sienten fríos por la llegada del otoño, las nubes invaden de vez en cuando la luz de luna, de vez en cuando los pequeños pasos se quedan quietos se estira un poco y ve como alguien duerme tranquila, con una sonrisa un poco picara y una paz lejos de encontrar en el día; a lo lejos se oye un ronquido muestra de que alguien sigue vivo, camina de un lado a otro vigilando que nadie perturbe los sueños de aquellos que le dan cariño, en un momento de la noche decide descansar quedándose profundamente dormido soñando con cazar, sin embargo un sollozo termina su paz, una sombra a media noche observa la luna desde un cristal alguien llora en silencio por miedo a despertar a aquellos que temprano partirán, los pequeños pasos se acercan intrigados, sus grandes ojos se preguntan ¿Qué fue lo que pasó, qué fue lo que la despertó? se acerca lentamente y le toca la mano, tan absorta en sus pensamientos no siente mas que un golpe en el corazón, la ventana esta abierta y el viento otoñal reclama su territorio, el pelo flota a través del viento pero aún así no hay movimiento, una lágrima cae al suelo y al final solo puede decir lo siento aún te quiero, los pequeños pasos observan tranquilo, mientras alguien vuelve a la cama dejando una mano fuera como deseando que la toquen y la lleven a un mejor lugar, el pequeño mueve la cabeza una vez mas alguien agoniza por unos ojos bellos y una sonrisa de cristal, los pequeños pasos se acercan tranquilos mientras vela los sueños de amor de aquella que cada mañana conciente sus caricias, le da comida, juegos, cariño, techo y agua a cambio de proteger su corazón de una traición, que más puede desear un gato en la ciudad...